Sede: 
Estación Experimental Tropical Pichilingue
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Objetivos

  • Desarrollar y adaptar tecnologías apropiadas para los productores de musáceas, a fin de mejorar la productividad y calidad de la fruta, preservando el medio ambiente.
  • Difundir y transferir tecnologías a técnicos y productores en la optimización del manejo agronómico de los sistemas de producción de banano y plátano.

Enfoques

El cultivo de banano (Musa AAA), constituye la actividad agrícola de mayor importancia para la economía del país; Durante el año 2010 el Ecuador exportó 265 millones 587 mil 828 cajas de 18,14 kg, equivalentes aproximadamente a 4 millones 828 mil toneladas.  Un tercio de las exportaciones mundiales se origina en el Ecuador lo cual representa actualmente un ingreso de un $ 1900 millones de dólares por concepto de divisas, y otros  $ 90 millones de dólares por concepto de impuestos al estado. Los ingresos generados por la actividad bananera  representan el 3,84 % del PIB total; el 50 % del PIB agrícola y el 20 % de las exportaciones privadas del país (AEBE, 2010). El cultivo de banano y sus industrias colaterales, generan empleo para más de  un millón de familias, esto representa alrededor de 2,5 millones de personas, que en porcentaje equivalen aproximadamente al 17 % de la población actual, que dependen de una u otra forma de la industria bananera. El mercado del banano ecuatoriano es diversificado, exportándose la fruta a la Unión Europea (42%) USA (21%) Rusia (20%), Cono Sur (6%) como mercados principales y el 11% a mercados marginales (Medio Oriente, Europa del Este, África del Norte y Asia).

La superficie de siembra de 230000 hectáreas, mayormente se concentra en tres provincias del litoral, como Guayas, Los Ríos y El Oro (92%) y entre otras 7 provincias (8%). Los rendimientos están relacionados a varios factores entre los que se destacan el nivel de tecnificación, la zona de producción y el tamaño de la explotación. Dependiendo de la infraestructura utilizada en la producción bananera existen 3 niveles de manejo del cultivo: tecnificado, semitecnificado y no tecnificado; el manejo que se presenta en cada nivel guarda relación con el rendimiento. Actualmente el rendimiento nacional reportado es de alrededor de 1700 cajas/ha/año, cantidad que es considerablemente baja en comparación con nuestros principales competidores como son Colombia, Costa Rica y Filipinas, los cuales alcanzan una productividad promedio de 2200, 2500 y 3000 cajas/ha/año, respectivamente. 

El cultivo de plátano (Musa AAB), representa un importante sostén para la socio-economía y seguridad alimentaria del país. Desde el punto de vista socioeconómico, el plátano genera fuentes estables y transitorias de trabajo, además de proveer permanentemente alimentos ricos en energía a la mayoría de la población campesina. Actualmente se reportan en el país un total de 144981 ha de plátano, de las cuales 86712 ha están bajo el sistema de monocultivo y 58269 ha se encuentran asociadas con otros cultivos (INEC, 2011). La mayor zona de producción de esta musácea es la conocida como el triángulo platanero, la cual abarca las provincias de Manabí, Santo Domingo y los Ríos con 52612, 14249 y 13376 ha, respectivamente. Las principales variedades explotadas en estas zonas son el “Dominico”, que se lo destina principalmente para el auto-consumo y el “Barraganete” que se lo destina en su mayor parte a la exportación, estimándose que anualmente se exportan alrededor de 90000 TM de este cultivar.

El rendimiento promedio de plátano reportado en el país es de 5 t/ha/año (MAGAP, 2011), lo cual es relativamente bajo comparado con los rendimientos obtenidos en Colombia, donde oscilan alrededor de 10 t/ha/año en sistemas tradicionales y más de 20 t/ha/año en sistemas tecnificados. La baja productividad registrada en el país es consecuencia de problemas bióticos (Sigatoka negra, Nematodos, Picudo negro, Virosis, etc.), abióticos (sequía) y tecnológicos (bajas densidades, riego, nutrición, control de plagas, etc.), pues de la superficie total sembrada, solo el 14%, 33% y 34%, reciben riego, fertilización y control de plagas, respectivamente. Es decir que, más del 60% de la superficie nacional no tiene acceso a la tecnología, de allí que es fácil deducir el porqué de los bajos rendimientos obtenidos (INEC, 2011).  

Tanto el banano como el plátano constantemente se ven amenazados por diversos problemas fitosanitarios, algunos de ellos muy serios por las consecuencias que sufren los productores en el aspecto económico y de la productividad. La incidencia de una enfermedad que ocasiona la muerte de las plantas, como es el Mal de Panamá, fue motivo para que al igual que en otros países bananeros, Ecuador procediera a la siembra de la nueva variedad resistente del grupo Cavendish, en reemplazo de la variedad Gross Michel que había demostrado una alta susceptibilidad a la raza 1 del agente causal de la enfermedad. Por la década de los años 60 y siguientes ocurrió el establecimiento y desarrollo de la nueva variedad, periodo durante el cual los productores bananeros experimentaron la presencia de nuevas plagas que afectaban tanto al sistema radical como a la calidad del fruto.

En aquellos tiempos, las plagas de mayor importancia fueron los nemátodos y el picudo negro, que destruyen las raíces y cepas; otros que atacan al fruto disminuyendo su calidad; también la Sigatoka amarilla incidía notablemente sobre las hojas, reduciendo la producción. Actualmente la enfermedad del Mal de Panamá causada por el hongo F. oxysporun f. sp. cubense raza tropical 4, representa una seria amenaza potencial tanto para el cultivo de banano y plátano. Por otra parte, la Sigatoka negra es la enfermedad más seria que se encuentra afectando a ambos cultivos, por lo que su control se torna cada vez más difícil y costoso, debido a la eminente pérdida de sensibilidad del hongo hacia los fungicidas sistémicos utilizados para su control.

En tales circunstancias, el INIAP en sus Estaciones Experimentales del Litoral Sur, Tropical Pichilingue y el Centro Regional El Oro, iniciaron un amplio Programa de Investigación, teniendo como prioridad los estudios relacionados a la fitosanidad del cultivo para luego ampliarlos a aspectos agronómicos, requerimientos nutricionales y la prestación de servicios de análisis químico de suelo-planta-agua.


Áreas de trabajo

El Programa Nacional de Banano, Plátano y Otras Musáceas, tiene como estrategia el desarrollo de prácticas de cultivo que incidan en una mayor eficiencia de la producción, promoviendo la generación tecnologías limpias a través de la utilización de productos amigables con el ambiente, uso racional de pesticidas y prácticas de conservación de los recursos naturales. 

Dentro de este contexto, se trabaja en las áreas de Protección Vegetal, Biotecnología, Manejo de Suelos y Agua, Transferencia de tecnología y comunicación. En este último aspecto se ha implementado un plan de difusión sobre lo que representa la amenaza de la raza tropical 4 de  F. oxysporum f.sp. cubense (Mal de Panamá) en caso de que sea introducida a nuestro país. Estas acciones permitirán reforzar las medidas de exclusión de la enfermedad, la misma que actualmente está presente en sudeste de Asía (Taiwán, Malasia, Indonesia, Australia, China y Filipinas).


Zonas de intervención

  • Litoral
  • Amazonía

Tecnologías desarrolladas

Como producto de las investigaciones realizadas, el INIAP ha generado para el sector productor una serie de recomendaciones tendientes a dar solución a los problemas de mayor prioridad. En principio fueron los nemátodos y las plagas de la raíz, el cormo y fruto, para luego continuar con otros problemas fitosanitarios limitantes de la producción como la Sigatoka negra y los virus. Con la participación directa de los Departamentos Nacionales de Protección Vegetal y de Suelos y Aguas, se ha entregado y recomendado al sector bananero y platanero las siguientes tecnologías:

  • Manejo integrado del nemátodo (Radopholus similis): dinámica poblacional, control químico, rotación de nematicidas, dosis, época de aplicación, control biológico.
  • Control integrado de la Sigatoka negra (Mycosphaerella fijiensis): Epifitiología, control químico, prácticas culturales y manejo para evitar la pérdida de sensibilidad del hongo a los fungicidas.
  • Manejo integrado del picudo negro (Cosmopolites sordidus): dinámica poblacional, manejo biológico (uso de entomopatógenos), prácticas culturales (selección, saneamiento y desinfección del material de siembra, deshije, deschante, uso de trampas) y control químico.
  • Manejo integrado del virus del estriado del banano (BSV): dinámica poblacional de vectores, prácticas culturales y químicas.
  • Manejo integrado de insectos plaga en banano – plátano: parasitoides, predatores, entomopatógenos.
  • Nutrición mineral: N – P – K, fuentes, dosis, época de aplicación, densidades de siembra en banano.
  • Manejo integrado de malezas.
  • Manejo agronómico de variedades de banano y plátano

Prácticas agronómicas

Establecimiento de la plantación: Para la iniciación de una nueva plantación de banano o plátano y su posterior establecimiento, se recomienda eliminar en el material de siembra las raíces y el tejido afectado por nemátodos y la posterior desinfección en una tina conteniendo 2,5 mL de vydate 24% o furadan 4F/L de agua. Se recomienda aplicar en el hoyo de siembra 3 g de i.a. nematicida granulado, la mitad de la dosis al momento de la siembra, y la otra mitad mezclado con el suelo para tapar el hoyo. Esta tecnología permite controlar hasta los tres primeros meses la población del nemátodo lesionador de las raíces (R. similis) en un 90%. 

Mantenimiento de la vida útil de las unidades productivas: Para el control de nemátodos en plantaciones establecidas se recomienda la utilización de los productos terbufos, fenamifos, ethoprop y carbofuran en dosis de 3 g i.a./planta y oxamyl 2,4 mL/planta. Los nematicidas se deben aplicar en base a los niveles poblacionales obtenidos después de efectuar el diágnostico nematológico. Los diagnósticos son más representativos cuando el muestreo se realiza al frente del hijo en sucesión de 1,50 – 2,0 m de altura. Esta práctica, evita el deterioro de las raíces y consecuentemente, el volcamiento de las unidades productivas. Se ha determinado que los nemátodos reducen los rendimientos del banano en 30 porciento.

Cuando se muestrean plantas florecidas o en la intersección del hijo en sucesión, 10000 R. similis/100 g de raíces totales (sanas y dañadas por nematodos) es un nivel de alerta. El nivel crítico está entre estos valores (alerta, 12000 y 2500 nematodos, respectivamente, según el sitio de muestreo.  
Para el manejo del picudo negro (Cosmopoliste sordidus) se recomienda desenterrar las cepas de plantas cosechadas para estimar el porcentaje de daños causados por el insecto. Cuando éstos son del 5%, los rendimientos se reducen considerablemente y se deben tomar medidas de control. Para estimar las poblaciones del picudo negro se recomienda la utilización de 10 – 15 trampas/ha confeccionadas con pedazos de pseudotallo de plantas recién cosechadas. Si las poblaciones superan un promedio de 5 adultos/trampa, se deben realizar medidas integradas de control tales como prácticas culturales, control biológico mediante la aplicación de entomopatógenos (Metarhizium anisopliae y Beauveria bassiana) en trampas o control químico utilizando 3 g de cualquier insecticida granulado al 10 porciento.

Para la siembra de nuevas plantaciones se debe seleccionar cepas a partir de hijuelos o colinos de 1,60 – 1,80 m, realizar limpieza y desinfección con insecticidas furadan 3F (200 mL/100 L de agua), furadan 4 F (150 mL/100 L de agua), o 30 g de insecticida-nematicida al 10% G (Furadan, Counter, Mocap, etc) aplicando 15 g al fondo del hoyo y 15 g a medida que se va enterrando la cepa.

Reducción de daño en fruto por ataque de insectos: La práctica del enfunde plástico del racimo se generó en 1974, lo cual permitió reducir casi en su totalidad los daños al fruto ocasionados por insectos, manteniéndose la calidad de exportación. Sin la protección, las pérdidas de la fruta por daño de insectos llegan hasta el 40%. Los daños disminuyen mediante la utilización de fundas simples de color verde y/o tratado con clorpirifos, bifentrina, en el momento que la inflorescencia emerge del pseudotallo.

Manejo de la Sigatoka negra del banano: Se conoce de la eficacia de los fungicidas para el manejo de la enfermedad, incluyendo una variedad de productos de los diversos grupos químicos tales como triazoles, morfolinas, estrobilurinas, Carboxamidas, Guanidinas y protectantes (Clorotalonil y Mancozeb). Se recomienda el uso de los fungicidas de acuerdo a las recomendaciones de la FRAC y del COMTEC, como estrategia para evitar la pérdida de sensibilidad del hongo hacia los fungicidas sistémicos recomendados.

Como prácticas importantes para el manejo integrado de la enfermedad se recomienda el uso del deshoje fitosanitario (tumba de hojas con mas 50% del área afectada por la enfermedad) o cirugías (remoción de partes del tejido de la hoja afectada por la enfermedad). Se debe mantener un control adecuado de la población de plantas/ha, buen sistema de riego y drenaje, adecuado control de malezas, acompañado de una nutrición balanceada de las plantas en base a los análisis de laboratorio correspondientes.

El factor clima se encuentra fuertemente ligado a la incidencia de la Sigatoka negra. Por lo tanto, es muy importante establecer sistemas de pre aviso biológico y climático para las tomas de las decisiones más adecuadas para su control.

Manejo integrado del virus del estriado del banano: La práctica del deschante en periodos mensuales y aplicación de insecticidas al pseudotallo, es favorable para la reducción de la incidencia de la enfermedad y de los vectores en el 50%. Se deben erradicar las plantas enfermas en forma mecánica o química, mediante la inyección de herbicidas al pseudotallo de las plantas afectadas.

Nutrición mineral: En banano es una práctica común la fertilización nitrogenada, ya sea utilizando urea o sulfato de amonio; indistintamente los dos fertilizantes producen incrementos significativos en el peso del racimo que alcanzan el 32 % conforme se aumenta la dosis de N. Hay un mejor aprovechamiento de los fertilizantes químicos cuando se aplica en forma dirigida al hijo de sucesión durante la fase de establecimiento; a partir del estadio R1 no se encuentran diferencias de aplicación pudiendo dirigirse la aplicación al hijo o a la hilera. Es necesario aplicar también una fertilización balanceada incluyendo micronutrientes basada en la interpretación del análisis de suelos y tejidos.


Algunos logros importantes

En el caso de la enfermedad del virus del estriado del banano y del plátano, se determinó la presencia de dos nuevos vectores (Dysmiccocus texensis y Pseudoccocus elisae), los que selectivamente se hospedan en banano y plátano, cuyas poblaciones son más abundantes durante la época seca. Este conocimiento es de gran utilidad para el manejo de la enfermedad.

Sobre el estado nutricional de los cultivos de banano, se determinó que alrededor del 75 % de los suelos muestreados poseen bajo contenido de N, mientras que el 24 % lo son en P y 36 % en K. Esta condición edeficiente fue más común para los suelos de la zona oriental, en los tres elementos; mientras que en la zona sur se encontró que los mayores porcentajes de suelos son pobres en N y K. Se han determinado importantes incrementos de la productividad al realizar la fertilización balanceada en el cultivo. Se están realizando estudios sobre los niveles de azufre, lo cual permitirá establecer niveles críticos de este elemento.

Actualmente se dispone en la Estación Experimental Litoral Sur de una colección de clones de plátano Barraganete y Dominico de buenas características agronómicas, colectados en El Carmen (Provincia de Manabí) y Simón Bolívar, Yaguachi, Milagro (Provincia del Guayas).

La contribución del INIAP al desarrollo productivo y calidad sanitaria del cultivo del banano ha sido permanente y la adopción de la tecnología, hasta hoy generada, por gran parte de los productores del sector, representan un gran beneficio para los actores de toda la cadena productiva del banano y plátano del país. 

Otro aspecto que se debe resaltar es la difusión que se ha realizado en gran parte del sector  bananero y platanero del país sobre la amenaza potencial de la raza tropical 4 del hongo F. oxysporum f.sp. cubense (Mal de Panamá), como medida importante para reducir las posibilidades de introducción a nuestro país (medidas de exclusión), lo que sin lugar a dudas provocaría un grave impacto en la socio-economía y seguridad alimentaria de los ecuatorianos.


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